miércoles, 22 de mayo de 2013

Los perros y los romanos

Es sorprendente conocer el curioso recorrido de la ciudad de Pompeya. Su famosa historia explicada recurrentemente en literatura y llevada a la gran pantalla en más de una decena de veces, representa una verdadera muestra de la importancia de las excavaciones arqueológicas, pues son estas fundamentales para saber que somos y de donde venimos.

Para refrescar la mente a aquellos que vayan perdidos, Pompeya fue una pequeña ciudad romana ubicada en la región de la Campania (relativamente cerca de Nápoles). Es esta relevante porque representa, precisamente, una muestra perfecta de la típica ciudad residencial romana de la época imperial. Con sus famosas domus romanas, sus copias imperfectas de esculturas de la Grecia clásica o sus famosos mosaicos, era la ciudad de Pompeya (al menos visto ahora en perspectiva) un tesoro viviente de la época octaviana. Sin embargo, en el 79 d.c los pompeyenses sufrieron inesperadamente la erupción del volcán Vesubio que cubrió toda la ciudad de lava ardiente, dejando sin vida y sin rastro a todos sus habitantes. Cabe decir que, afortunadamente, esta misma lava que posiblemente se mezcló con otros materiales, permitió crear una especie de costra hermética que mantuvo casi intacta la ciudad durante años y años.

No fue hasta el s.XVIII que dicha ciudad fue redescubierta y que el ilustrado Carlos III de España decidiría potenciar los trabajos arqueológicos. Entre muchos de los hallazgos, destaca especialmente "La casa del poeta trágico", una domus romana en toda regla con un mosaico en su entrada que es, como mínimo, bastante curioso.

Me refiero al mosaico del "Cave canem". Un mosaico que viene a ser lo mismo a los carteles actuales de "Cuidado con el perro". Digo que es, por lo menos sorprendente, porque conocer que los romanos, una civilización posiblemente de lo más parecido a nosotros, tuvieran ya carteles como los que uno puede ver hoy en día por la calle impacta bastante. Los romanos eran prácticos y este mosaico lo refleja muy bien. 

Es curioso ver también como el ser humano puede evolucionar tanto y tanto a medida que pasan los años, pero a pesar de todo, existen cosas básicas y fundamentales que siguen siendo las mismas. Y este "cuidado con el perro" es un ejemplo perfecto de ello.


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