domingo, 21 de julio de 2013

El tacto por el arte

Si bien Barcelona es ya hoy considerada cómo la capital europea del deporte, en otros asuntos, cómo es el arte, estamos en una situación que deja mucho que desear. Es evidente que hay crisis y según que exposiciones cuestan mucho dinero y sería, ahora, una locura traerlas a la ciudad, pero esto no quiere decir que se ignore completamente el tema y se le intente restar importancia.

Desde que el mundo de la cultura tiene un IVA del 21% , el arte sufre una caída libre que costará frenar. En muchos casos, los propietarios de los locales, galerías, cines y otros negocios del campo, han absorbido la subida del impuesto para intentar minimizar la disminución de la demanda, pero la situación sigue siendo muy difícil. Es aún más desagradable el tema, cuando algunos intentar defender que la subida del IVA no repercute casi en nada sin considerar, en ningún momento, que los empresarios hayan podido absorber dicho incremento.

Yo hoy os quiero mostrar un caso que ejemplifica muy bien la dejadez que existe en el tema. En un parque de Barcelona llamado "Parc de la creueta del coll" situado en el barrio del Coll, relativamente cerca de Vallcarca, hay una escultura de Chillida llamada "Elogio del agua".
Tiene mucha gracia la cuestión, porque esta escultura que fue encargada por el Ayuntamiento a finales del s.XX, trata precisamente de esto, de elogiar el agua. Hecha de hormigón y acero, intenta hacer referencia al mito de Narciso haciendo, precisamente, un paralelismo entre este mito y el reflejo que crea el agua.

No extraña para nada esta escultura sabiendo de quién viene, pues Chillida y su obra artística ha sido considerada siempre por quererse relacionar con el espacio, el exterior, la naturaleza y dar gracias a la gran creación.

Pero el problema no está en la escultura, que puede gustar más o menos. El problema es que, tal como dijo el autor cuando la hizo: "La mitad de la obra la he hecho yo, y la otra mitad el reflejo del agua", esta escultura está contemplada para estar rodeada de un estanco de agua. Y ahora, pese que se construyó, el agua ya no existe. Es decir, el ayuntamiento ha decidido, imagino por motivos presupuestarios, eliminar su mantenimiento dejando la escultura en un pésimo estado. Más que nada, en un estado sin sentido. Podríamos decir, que el tacto por el arte ha desaparecido.


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