sábado, 1 de febrero de 2014

Los colaboracionistas de Hitler

Cuando uno lee un poco sobre la segunda guerra mundial, el holocausto y sus campos de concentración, y sobre la personalidad de Hitler, se da cuenta que todo aquello no fue tan fácil. Ir a Auschwitz es una visita obligada si vas a Polonia, y el impacto que te llega a generar es difícil de explicar, pues todo aquello que habías visto en películas y fotografías se eleva a un nivel de realismo que jamás hubieras imaginado.

Es interesante reflexionar sobre como se llego a todo esto, y como Hitler y su doctrina reunida en "Mein Kampf",  se estableció como corriente única de pensamiento entre los alemanes durante la década de los cuarenta del siglo pasado. Porque no todo fue tan fácil. Llevar el antisemitismo hasta el punto que lo hizo el holocausto, no lo hace sólo una persona. Porque en efecto, hubieron muchos colaboracionistas.

Cuando en Cracovia visitas la fábrica de Oskar Schindler, empresario del partido nazi que utilizo la fábrica como medio para salvar a miles de judíos del exterminio, o cuando te enseñan los guetos de la misma ciudad, te preguntas como fue posible que se hiciera lo que se hizo. Pero es que no existe respuesta aparente. Si encima, le preguntas al guía que opinan los alemanes de hoy en día cuando visitan el país, te contaran que lo sienten mucho y que además no tienen ellos ninguna culpa, pues se trata de generaciones pasadas.

Y es que es cierto, no podemos culpar por los actos de otros, incluso aunque sean tus familiares. Pero sin embargo, a mi, saber que muy poca gente pago por lo que hizo (los juicios de Nuremberg) y pensar que aún puede quedar algún viejo colaboracionista en sud-américa operado con cirugía estética, no me deja dormir del todo tranquilo (y eso que no soy judío).

Porque colaboracionistas hubieron unos cuantos. Empezando por la marca de ropa actual Hugo Boss, que diseño los trajes nazis, pasando por la compañía de automóviles Ford que distribuía la carrocería del ejercito del Führer, y acabando con la aerolínea Lufthansa, quienes fueron un componente clave en el éxito de sus intervenciones aérias.

Así que llamo a la reflexión. Que menos que saber que el holocausto y el hitlerismo no fue para nada gratuito.


4 comentarios:

  1. No sólo colaboracionistas.También hubo muchísima gente que miró para otro lado. Y lo peor es que la historia tiende a repetirse, porque no es verdad que seamos tan distintos, ni los de aquí de los de allá, ni los de hoy de los de ayer. Crisis económica, corrupción y descrédito de los políticos, una nación humillada, la promesa de una sociedad mejor (nacional-socialismo)... ni hago yo las comparaciones, que salen solas, ni son exactas, pero ¿verdad que suena? No es verdad y es peligroso pensar que aquellas generaciones eran peor que las nuestras; nuestra ventaja es que sabemos como acabó su historia, otra cosa es que sepamos usarla. (menudo rollo me ha salido :-) )

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    1. Pues tienes toda la razón! Al menos me cuentan por ahí que se organizan visitas de colegios para niños a Auschwitz.... espero que sea ver lo que paso sirva de utilidad!;)

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  2. Veo que el impacto de tu visita a Auschwitz,te ha dejado una huella muy fuerte .Yo no he estado allí, pero conozco gente muy
    próxima a mí (mi hermano),que niega que esto sea cierto, que es
    producto del "lobby judío",y ya puedes argumentarlo como quieras que sigue en sus trece. Durante la 2ª guerra mundial yo era pequeña ,pero las cenas siempre giraban en torno al
    mismo tema ,mi padre era anglófilo y mi hermano germanófilo
    y además suscrito a la revista Signal . Yo no entendia nada y si preguntaba ,la respuesta era que no era asunto de las niñas.Cuando todo esto pasó y se fué desenmarañando el asunto, los "normales"quedamos petrificados, ahora los exaltados ,y hablo de gente de aqui, aún lo niegan; pues figúrate los mismos alemanes ,como les debe costar el drama
    a escala supernacional que ocasionaron. Yo tengo simpatia por los alemanes, pero este sentido de la "obediencia"para el
    que los rija (esté loco o no) no lo acabo de entender.

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  3. Bravo, bravo i bravo! Mai més d'acord amb tu! Suposo que els hi és difícil d'acceptar una cosa així...

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