miércoles, 3 de abril de 2013

La monarquía en el punto de mira

Hace apenas unas horas, los medios de comunicación nos han sorprendido con la noticia sobre la imputación de la infanta Cristina. Según cuentan estos en sus titulares, ha sido debido a la nueva aportación de los correos de Diego Torres que, el juez Castro, magistrado que conduce el caso, ha decidido finalmente tirar adelante la imputación.

El caso Noos tiene su complejidad. Por un lado, parece cada vez más evidente que el marido de la infanta se dejó llevar por su socio, cogiendo directamente del saco público, un dinero que teóricamente iba a servir para financiar una sociedad sin ánimo de lucro, el Instituto Noos. Un dinero que le será muy difícil justificar debido a la falta de facturas. 

Y por el otro lado, Diego Torres, socio de Urdangarin, quien al ver que su condena está casi asegurada, se está dedicando a salpicar a la casa real, intentando sacar todos los trapos sucios de esta. No sé si es por simple rencor o para conseguir reducir su pena, pero lo que esta claro es que la casa real está recibiendo azotes por todos lados.

Eso sí, también está claro y estoy de acuerdo, de que por encima de  todo, los ciudadanos somos iguales ante la ley. Bueno, esto es lo que yo pensaba, porque parece ser que el rey está exento de responsabilidad o al menos esto es lo que cita textualmente la Constitución en su articulo 56. Pero sinceramente, creo que tampoco la va a necesitar, porque se habría de ser muy, pero que muy, si se me permite, tonto, para formar parte de un caso de corrupción siendo el jefe de estado.

Sin embargo, me resulta difícil pensar que el rey no había oído nada al respeto hasta ahora y aún me es más difícil si lo aplico a la infanta, pensando que como matrimonio, duermen en la misma cama.

No sé porque tardan tanto, pero teniendo a alguien como el Principe Felipe de sucesor,  la mejor decisión sería darle al trono a este. Un hombre que tiene la confianza de la sociedad civil, que es completamente racional, y, en mi opinión, rotundamente honrado.

A más el rey está ya muy viejete, cuando no se tropieza, le tienen que operar y cuando lo tienen que operar, se tropieza. Así, que ojalá sigamos el ejemplo de las monarquías europeas y dejar el trono, para que alguien joven y con vitalidad lo coja, no sea visto como algo extraño en nuestro país.


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